Albóndigas de pescado con salsa de almendras

Pues aquí estoy otra vez. Esta vez vengo con una receta hecha de manera tradicional, sin maquinita. No me digáis por qué, pero cada día que pasa me apetece volver a la cocina de siempre, la maquinita sigue siendo un complemento, para cortar, triturar y esas cosas pero ahora le doy caña a las ollas y las sartenes.
Esta receta la he sacado de un libro que me compré cuando nació Joan y poco me lo había mirado y mira que está bien. Se llama "Y hoy, ¿qué les doy?". Supongo que es una de las frases que nos pasa más de una vez en la semana. Las ideas se acaban y no se vuestros hijos, pero Joan me pide diversidad de platos.

Ingredientes (para 4-6 personas)

- 500 g de pescado blanco. Yo he utilizado merluza
- 40 g de miga de pan
- 2 huevos
- Aceite Virgen de oliva
- Perejil picado
- Una cebolla pequeña
- Orégano
- Harina
Para la salsa
- Caldo de pescado
- 30 g. de almendras
- Perejil
- Sal

Pon el pescado en un poco de agua fría con sal a fuego lento, y cuando vaya a hervir, baja al mínimo la intensidad del fuego y cuece 10 minutos.
Pela y pica finos la cebolla y el perejil (yo lo he hecho con la maquinita).
Desmenuza la miga de pan (también lo he hecho con la maquinita).
Bate los huevos
Desmenuza el pescado (también con la maquinita).
Prepara aparte los ingredientes de la salsa: cebolla y perejil picados finos y almendras picadas en el mortero (en mi caso con la maquinita). Reserva.
Mezcla los ingredientes de las albóndigas en un bol. Forma las albóndigas. Pasálas por harina.
Calienta en una sartén un poco de aceite a fuego moderado, pon las albóndigas y mueve la sartén para que se vayan dorando por igual.
Calienta un poco de aceite en una cazuela amplia y poco profunda y dora la cebolla para la salsa, añade las albóndigas y cúbrelas hasta la mitad con el caldo de pescado. Añade el perejil, las almendras picadas y un poco de sal y cuece a fuego lento 15 minutos, para espese ligeramente la salsa.
Y listas!! La verdad es que cuando empecé a formar las albóndigas me desesperé un poco, la masa no ligaba y se deshacían. Lo que hice fue mojarme las manos con agua y fue chupado.

Congelación
- Se pueden congelar una vez pasadas por harina y separando cada pieza.
- Cuando las vayas a comer fríelas, acaba de prepara la salsa y cuécelas.

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